Chistes de Olimpiadas y chistes de deportes
La medalla de oro, en la lucha olímpica, sería disputada entre un ruso y un americano.
Un día antes de la final, el entrenador estadounidense le advierte a su pupilo:
--Este ruso tiene una llave especial: la Pretzel. A todos a los que se las ha aplicado tuvieron que rendirse y ser llevados al hospital, porque no hay escapatoria. Así que, por ningún motivo dejes que te la aplique. ¡Si te coge, ahí termina todo!
El día de la final, el encuentro comienza.
El americano y el ruso dan vueltas y más vueltas, tratando de encontrar el mejor modo de atacarse. En eso, el ruso ataca y le aplica al norteamericano la temida Pretzel.
La multitud se decepciona y el entrenador, que no puede mirar, se cubre la cara.
De pronto, el gentío grita.
El entrenador mira y ve que su discípulo levanta al ruso y lo tumba.
"¡Espaldas planas! ¡El yanqui gana"!
El árbitro lo declara vencedor con la medalla de oro y la multitud ruge.
Más tarde, en los vestuarios, el entrenador americano le pregunta al ganador:
--Oye, ¿Cómo la hiciste para salirte de la Pretzel? ¡Hasta ahora nadie lo ha podido hacer!
--Cuando me aplicó la Pretzel ya iba a rendirme. Pero, de pronto, abro los ojos y veo un par de bolas. En aquel momento, con las últimas fuerzas que me quedaban, mordí esas bolas tan fuerte como pude".
--¿Y..., entonces?
--¿Sabe una cosa, entrenador?: ¡No tiene la menor idea de la fuerza que uno adquiere cuando se muerde las bolas!
Se celebran las Olimpiadas Especiales, las paralimpiadas.
En la prueba de natación sale el primer competidor, (sin brazos).
Se lanza a la piscina y al cabo de 3 minutos la cruza.
La gente aplaude su gran mérito.
Aparece el segundo competidor, (sin brazos ni piernas).
Se lanza a la piscina y 5 minutos después aparece por el otro lado.
La gente, emocionada por el esfuerzo del deportista, se levanta y aplaude sin cesar.
Entonces, aparece el tercer competidor, (sin brazos, sin piernas y sin tronco). Sólo la cabeza.
Lo colocan en el lugar de lanzamiento, le ponen el gorro y se tira a la piscina.
Quince minutos después, no salía nadie de la piscina, ni se veía ningún movimiento.
Entonces, los de rescate se tiraron y lo sacaron, casi a punto de ahogarse.
--¿Qué pasó"? -le preguntan intrigados.
--¡No jodas, 5 años entrenando para nadar con las orejas!
¿Quién ha sido el turro que me ha puesto el gorro?
En una pelea de boxeo, el comentarista presenta a los rivales:
"En esta esquina, pesando 300 lbs; con 55 peleas, 51 muertos, 3 heridos y 1 en cuidados intensivos:... Kid Asesino".
La multitud aplaude como loca.
"Y en esta otra esquina...
¿Alguien agarra a ese boxeador? ... ¡Agárrenlo, agárrenlo, que no se escape"!
--Yo hago los 100 metros lisos en 5 segundos.
--No puede ser, si el récord del mundo está en casi 10 segundos.
--Tío, es que he encontrado un atajo.
En un partido de fútbol, un reportero de la televisión le pide al capitán del equipo ganador que venga y le pregunta:
--¿Cuál fue su estrategia para ganar?
Y le responde:
--Saqué al número 10 y metí a cinco jugadores con el numero dos.
Eran dos amigos a los que les encantaba jugar al fútbol, a lo que dedicaban la mayor parte de sus ratos libres. Y le dice uno a otro:
--Pepe, ¿Qué vamos a hacer si cuando nos muramos, resulta que en el Cielo no hay fútbol?
--No lo sé... ¡Sería algo terrible!
Se muere uno de ellos, y el que queda sigue con el fútbol. Y un día que está en casa, escucha una voz de ultratumba que le dice:
--Pepe, soy Juan.
--Juan... ¿Eres tú?
--Sí, estoy en el Cielo, y tengo dos noticias que darte, una buena y otra mala.
--¿Cuál es la buena?
--Que en el cielo sí juegan al fútbol, ¡Y además muy bien!
--¡Estupendo, qué maravilla! ¿Y cual es la mala?
--Que el domingo próximo tienes partido.
Papá, papá, hoy en el entranamiento de fútbol, el entrenador me ha dicho que yo era promesa de gol.
--¡Qué bien!, -contesta el padre orgullosamente-, ¿Y de qué has jugado?
--De portero.
Perico, hincha fanático del Deportivo La Coruña a punto de fallecer reúne a su familia.
--Escuchad: quiero que me borréis como socio del Deportivo La Coruña y me inscribáis en el Sevilla.
--Pero, ¿Estás loco, Perico? ¿Cómo nos pides eso?
--¡Coño, porque antes de que muera uno de La Coruña, prefiero que estire la pata un socio del Sevilla!
Dos amigos que van por primera vez a un partido de fútbol.
Los tíos que no se enteran de qué va la cosa, y al cabo de un rato se percatan de que todo el campo está insultando al árbitro:
--¡Cabróóón, malnacido, hijo de puuuta, no eres peor porque no te entrenas!
En esto que uno le pregunta al otro:
--Oye, ¿A quién le están diciendo eso?
--Al de negro.
--¡Ah!, no me extraña, lleva media hora en el campo y todavía no ha tocao bola.
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