miércoles, 14 de enero de 2009

Chistes de Medicos, chistes para medicos

Chistes de Medicos, chistes para medicos

En el consultorio, el paciente le muestra a su médico los resultados de sus análisis. El médico los analiza con cara de preocupación y le dice al paciente:
- Vamos a tener que mandarle a hacer una plaquita.....
- De tórax, Doctor?
- Nop... de Mármol.

Una mujer lleva a un bebé recién nacido al doctor. La enfermera los hace pasar al consultorio. Cuando el médico se presenta, examina al niño, mide su peso y descubre que esta debajo del peso normal.
Pregunta si lo alimenta con biberón o con el seno materno.
- Seno materno -responde la señora.
- Por favor señora -dice el doctor -descúbrase los pechos.
La mujer obedece, y el médico toca, aprieta, palpa y oprime ambos pechos, en un examen detallado.
Luego le indica a la señora que se cubra y le dice:
- Con razón el niño pesa poco. Señora, ¡usted no tiene leche!
- Ya lo sé. Soy su abuela ¡pero estoy tan contenta de haber venido!

- Vengo a que me saque los dientes...
- Pero señora, si usted no tiene dientes.
- Sí doctor; acabo de tragármelos.


En un manicomio se encontraban dos locos y se escaparon en un auto, uno le dijo al otro:
- Mirá que rápido van los árboles!
Y el otro le contesta:
- ¡A la vuelta volvemos en árbol!

Cinco cirujanos discutían sobre quiénes son los mejores pacientes en una sala de operaciones.
El primer cirujano dice:
- Me gusta operar contadores, porque, cuando los abrís, todo está ordenado por números.
El segundo cirujano responde:
- Sí, pero los electricistas son mejores, porque todos los órganos están codificados por colores, no hay forma de equivocarse.
El tercer cirujano agrega:
- No, son mejores los bibliotecarios: dentro de ellos está todo ordenadito alfabéticamente.
El cuarto dice:
- No hay como los mecánicos, los tipos ya traen las piezas de repuesto que hay que colocar.
El quinto, por último, les dice:
- Siento disentir con todos, compañeros, los políticos son los mejores pacientes del mundo para operar. No tienen corazón, no tienen estómago, no tienen huevos, y, además, el cerebro y el culo son totalmente intercambiables.


Una francesa se lo hace estirar todo: la nariz, la piel de la cara, etc... Finalmente, el cirujano le pregunta:
- ¿Desea la señora algo más?
- Sí. Quisiera tener los ojos más grandes y expresivos.
- Nada más fácil, señora. Enfermera: ¡traiga la cuenta, por favor!

viernes, 2 de enero de 2009

El chiste de Adolf Hitler

La gente de humorcomico.com
nos ha enviado su ultimo trabajo. Se trata de un chiste contado por Adolf Hitler... las cosas que hay que ver...



Aquellos que han intentado un análisis de la personalidad de Adolf Hitler, han señalado que se trataba de un perverso, de un psicótico y de un neurótico grave. Se sabe también que tenía un carácter difícil de tratar. Se ha dicho que era egocéntrico, impulsivo y estreñido. Los estudiosos derivan su personalidad de una dura crianza, en el que una madre sobre protectora tuvo gran influencia.

También se sabe que antes de ser un político y perverso genocida (dos actividades, muchas veces, afines), intentó ganarse el amor de los públicos siendo pintor. Su gusto por el arte se relacionaba con su intención de ser amado por un padre ausente que gustaba de desprestigiarlo. Aparentemente buscaba que ser admirado, primero, por ese padre y luego por todos los hombres. Quizá un padre más amoroso hubiese ahorrado millones muertes a la humanidad.

Algo de esta búsqueda constante de admiración se puede ilustrar con una filmación hallada por los años 50s, una filmación mantenida en secreto, seguramente por su mal gusto. Allí Hitler, luego de conferenciar por cerca de 9 horas, y luego de haberse detenido en temas como superioridad racial del ario, la intención de dominar el mundo y haber ensayado algún paso de tap, cuenta un chiste.

Ese fragmento sirve de ilustración de la personalidad del furher. Vemos a un Hitler que deja de lado al personaje “lider de masas” y que pretende el uso del escenario para la comedia. Su mal humor y falta de gracia en el relato del chascarrillo, se unen al gusto por lo violento, la amenaza y la intimidación, variantes en las que el humorista puede caer pero de las cuales no debe abusar.

En el efecto cómico, buscado por todo contador de chistes, es aquí forzado. No hay buen uso del lenguaje gestual, así como se evidencia una falta de técnica en el uso de las pausas y las entonaciones. Tampoco parece dominar los tiempos del relato, apurando el final, haciendo que el texto representado pierda eficacia.

Quizá el valor de este video del chiste de Hitler sea solo histórico. Vemos aquí a un hombre que no sabe reirse de sí mismo, que intenta mantenerse en el control de la situación, alguien rígido y poco apto para la comedia y, por ende, para la vida.

Claudio de la gente para http://www.humorcomico.com