viernes, 2 de enero de 2009

El chiste de Adolf Hitler

La gente de humorcomico.com
nos ha enviado su ultimo trabajo. Se trata de un chiste contado por Adolf Hitler... las cosas que hay que ver...



Aquellos que han intentado un análisis de la personalidad de Adolf Hitler, han señalado que se trataba de un perverso, de un psicótico y de un neurótico grave. Se sabe también que tenía un carácter difícil de tratar. Se ha dicho que era egocéntrico, impulsivo y estreñido. Los estudiosos derivan su personalidad de una dura crianza, en el que una madre sobre protectora tuvo gran influencia.

También se sabe que antes de ser un político y perverso genocida (dos actividades, muchas veces, afines), intentó ganarse el amor de los públicos siendo pintor. Su gusto por el arte se relacionaba con su intención de ser amado por un padre ausente que gustaba de desprestigiarlo. Aparentemente buscaba que ser admirado, primero, por ese padre y luego por todos los hombres. Quizá un padre más amoroso hubiese ahorrado millones muertes a la humanidad.

Algo de esta búsqueda constante de admiración se puede ilustrar con una filmación hallada por los años 50s, una filmación mantenida en secreto, seguramente por su mal gusto. Allí Hitler, luego de conferenciar por cerca de 9 horas, y luego de haberse detenido en temas como superioridad racial del ario, la intención de dominar el mundo y haber ensayado algún paso de tap, cuenta un chiste.

Ese fragmento sirve de ilustración de la personalidad del furher. Vemos a un Hitler que deja de lado al personaje “lider de masas” y que pretende el uso del escenario para la comedia. Su mal humor y falta de gracia en el relato del chascarrillo, se unen al gusto por lo violento, la amenaza y la intimidación, variantes en las que el humorista puede caer pero de las cuales no debe abusar.

En el efecto cómico, buscado por todo contador de chistes, es aquí forzado. No hay buen uso del lenguaje gestual, así como se evidencia una falta de técnica en el uso de las pausas y las entonaciones. Tampoco parece dominar los tiempos del relato, apurando el final, haciendo que el texto representado pierda eficacia.

Quizá el valor de este video del chiste de Hitler sea solo histórico. Vemos aquí a un hombre que no sabe reirse de sí mismo, que intenta mantenerse en el control de la situación, alguien rígido y poco apto para la comedia y, por ende, para la vida.

Claudio de la gente para http://www.humorcomico.com

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